John Guidetti , el futbolista sueco-africano-gallego
El ídolo del Celta de Vigo nació en Estocolmo, creció en Nairobi, donde jugaba descalzo al fútbol, y tiene una fundación benéfica en África.
Los extremos han marcado la vida de John Guidetti. Nació en la helada Estocolmo, pero a los tres años su padre lo llevó a vivir a Nairobi justo al centro de la más cálida África.
Le han llamado el nuevo Ibrahimovic por su fútbol poderoso y contudente, también por su carisma. Quizá precisamente porque es una mezcla del físico característico de los hombres del norte de Europa (1.87 mts y 80 kgs) y el empuje africano. Pero también le han dicho “secundario de lujo” y otras linduras.
Y aunque ya ha dado muestras de su enorme calidad, aún se espera su explosión e irrupción definitiva en el fútbol mundial la cuál tuvo un frenón a los 20 años por una extraña infección estomacal que lo tuvo parado dos años.
A sus 24 es jugador del Celta de Vigo español y ya ha pasado por equipos tan históricos como el Feyenoord holandés y el Celtic escocés. Y tiene una fundación que ayuda a niños de Kenia.
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Infancia africana
Cuando llegó a Nairobi a los tres años, aquello fue apenas una probadita de lo que vendría. Regresó a Suecia y luego de nueva cuenta volvió a Kenia por los proyectos educativos en los que su padre participaba. Finalmente éste término fundando un equipo filial del Brommapojkarma de su país; el Impala Bromma Boys.
Dueño de una confianza a prueba de balas - ha dicho por ejemplo sin ningún empacho que él con lo que sueña es con ser el mejor jugador del mundo - y de un carácter tan divertido como extrovertido -forjados ambos, por supuesto, en aquellos lares africanos-, vivió de los 10 a los 14 años en Kenia.
“La gente no me cree, pero es el mejor lugar del mundo” dijo alguna vez sobre aquella nación al diaro Faro de Vigo. Y como no decirlo si creció sin inhibiciones entre fútbol y amigos.
Era el único niño blanco de Kibera, uno de los barrios más pobres de Nairobi. Jugó descalzo y en canchas de piedra, guijarros, tierra y polvo. Era un niño como cualquier otro queriendo jugar al fútbol con chicos de su edad.
Pero pese a ser un pequeño, por supuesto que se daba cuenta de lo que ocurría a su alrededor y aquella experiencia le marcó de por vida: “No tienen comida ni ropa, pero cada día dan gracias al Señor por el regalo de la vida”, aseguró en una entrevista al The Sentinel.
Con el tiempo y con tan pocos años que tiene, Guidetti decidió crear una fundación y le puso su nombre. Le dedica sus goles haciendo el símbolo del corazón con las manos y contribuye con dinero a colegios y equipos de fútbol de África. También construye campos de fútbol.
Una extraña enfermedad
Su talento fue detectado bien pronto y el Manchester City le fichó, pero nunca pudo desarrollarse en el conjunto inglés y fue de préstamo en préstamo hasta que cayó en el Feyenoord.
En el club holandés dio su mejor fútbol y anotó 20 goles en 23 partidos. De inmediato, hizo clic con la tribuna y hasta una canción le compusieron: “Mira a Messi, nosotros tenemos a Guidetti”.
Pero entonces llegó su cumpleaños 20 y el festejo con sus amigos. Amaneció al día siguiente con un intenso vómito sin haber bebido alcohol -asegura que nunca ha bebido una gota-.
Luego de varios días se le entumeció la pierna derecha y tuvo otros efectos. Al parecer, un trozo de pollo en mal estado le causo una infección y los anticuerpos le afectaron el sistema nervioso, según cita el Faro de Vigo.
Aquello le alejó dos años de las canchas. Su progresión, por supuesto, quedó brutalmente detenida. Hubo quien dijo que su carrera estaba acabada, pero él se fue tirando para adelante.
Luego de recuperarse, pasó por el Stoke City de la Premier League y por el Celtic de Escocia sin demasiados reflectores. Aunque en el 2015 ganó con Suecia el Europeo Sub 21 y tuvo una gran actuación. Tanto que le compusieron otra canción.
“Me quedé fascinado por su liderazgo y dije: ‘Este fenómeno de la naturaleza se merece un homenaje’”, dijo Michael Saxell -compositor de Johnny G, la Guidetti Song y miembro del grupo Badpojken que ya ganó cuatro discos de platino con el tema- al diario español El Mundo.
Gallego de corazón
Actualmente juega en el Celta de Vigo y de a poco va enseñando en España lo que tiene tiene en los botines. En los cuartos de final de la Copa del Rey, con una sobresaliente actuación ayudó al equipo de Galicia a eliminar al Real Madrid.
Como ya ocurrió antes, supo echarse al hombro al equipo y al corazón a los seguidores de Vigo no solo con su fútbol, sino con su otra cualidad; su carisma.
Al llegar al Celta dijo que ya quería jugar el derbi gallego para que ganara el equipo “azul celeste”. Y decoró su garaje con una foto de Balaídos (el estadio de su nuevo club).
O cuando se quejó del frío tras la victoria del equipo en el Santiago Bernabeu ante el Real Madrid en la Copa del Rey. “Pero si tú eres sueco”, le recordó un periodista. “No, ahora soy gallego”, dijo.
Mientras termina o no por enseñarnos el fútbol que puede desarrollar y que se espera de él, Guidetti ya tiene un par de cosas claras a futuro.
El día de su retiro pondrá una florería, “para regalarle flores a todos los que no creyeron en mí”. Y, claro cómo no, regresará a vivir a Kenia: “el mejor lugar del mundo”.