Más que una molestia para jugadores, fueron imágenes de total ternura las que se vivieron en el Estadio Olímpico Hernando Siles el pasado domingo.
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El perro fue el protagonista por varios minutos por la felicidad que irradiaba sobre el terreno de juegos, sus movimientos que denotaban sus ganas de jugar y su correr por todo el campo de manera libre.
Apareció en escena cuando hubo una acción importante en el área, luego, a pesar de que se fue hasta el otro lado, regresó con todo el ánimo y la felicidad para volver a impedir a los jugadores tener su partido.
Uno que otro intentó detenerlo para llevarlo fuera del campo, pero el perrito fue intrépido al grado de zafarse de los intentos de agarrarlo y se iba a los túneles hasta que finalmente, el pequeño canino no pudo volver más.
