La inesperada salida de Guido Pizarro de Tigres para integrarse al Sevilla de España pone a los felinos en un serio predicamento, para poder cubrir esa posición con el mismo grado de excelencia que lo hacía el argentino.Entre líneas queda claro que Pizarro pidió salir, que a Tigres no le interesaba venderlo y que incluso no fue ni siquiera muy atractiva la oferta del equipo español, como para que los felinos hayan hecho el gran negocio del año.El comunicado oficial del club es clave en su redacción para entender la situación al especificar, que fue Pizarro quién pidió salir del equipo. Una precisión que podría salir sobrando pero que sin embargo aparece puntualmente en el texto.Hay que recordar que Guido llegó a Tigres sin ser figura y que incluso hace algunos meses se quedó a minutos de salir de la institución, porque su rendimiento no era el esperado. Sin embargo, no sólo se quedó para ganar la titularidad en el equipo, sino que además llamó la atención de su seleccionador nacional y fue convocado al representativo argentino.Ahora los Tigres tienen dinero en la chequera y un problema que resolver con muy poco tiempo por delante. En el futbol no siempre el dinero es la solución, ya que los buenos jugadores no necesariamente están disponibles cuando se les necesita.Ante la falta de elementos en el plantel que reúnan las características de Pizarro los dirigentes felinos deberán ir por una carta segura, que probablemente les cueste más de lo que recibirán por la venta del argentino al Sevilla.Lo positivo de la situación es que Tigres institucionalmente manejó la salida de Guido como mejor convenía a los intereses de todos. Pudieron haberse apegado al contrato, a la cláusula de rescisión y montarse en su macho para que el jugador no saliera del club, pero esto no le habría reportado beneficio a nadie.En el futbol como en la vida hay que aprender a dejar salir a los jugadores cuando lo desean y a buscar las mejores alternativas económicas disponibles. Hay muchos ejemplos de futbolistas retenidos a la fuerza al amparo de un contrato y cuyas historias acaban en escenas de terror donde todos pierden. Tigres actuó con madurez y le respetó a Pizarro su legítimo derecho de buscar nuevos horizontes, conforme a sus intereses personales y profesionales. La historia concluye bien, en paz.Estoy seguro que Pizarro dará muchas cosas buenas de qué hablar en España y que Tigres no tardará en agregar un estrella más a su alineación, para cubrir el importante espacio que deja vacante Guido en el cuadro de Ferretti.De todas formas el medio campo felino se recordará como antes de Pizarro y después de Pizarro.
Por:
Antonio Nelli.
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