La maldicion de Invictus
Un grupo de jugadores que disputaron la histórica final de la Copa del Mundo de rugby de 1995, ha sido víctima de escándalos y tristezas, cuando no de tragedias y muerte
Una historia de héroes. Así se podría describir la final del campeonato mundial de rugby de 1995 celebrada en Sudáfrica.
Los Springboks locales se alzaron con el título ante los All Blacks de Nueva Zelanda pese a todos los pronósticos.
Un equipo mediano, tirándole a veces hacia arriba, pero más bien casi siempre hacia bajo, se coronó sobre el inmenso favorito. Como sí en fútbol, México jugará de local y ganará el título frente a Alemania.
Pero aquella victoria africana fue algo más allá del simbolismo deportivo. Fue un complejo entretejido que Nelson Mandela, presidente de Sudáfrica en esos momentos, planeó para conseguir la integración de un país recién salido del Apartheid, al borde de una guerra y con un presidente negro por primera vez.
El plan giró, por supuesto, en los Springboks; el equipo nacional sudafricano de rugby.
Mandela lo hizo obvio, nunca lo negó y aprovechó todos los recursos, legales, a su mano para conseguirlo. El resultado fue el título mundial y la reconciliación de una nación dividida entre negros y blancos.
Pero aquello quedó documentado de gran manera en el libro El Factor Humano de John Carlin y después en la película Invictus de Clint Eastwood.
Pero poco más de 20 años más tarde. El mundo se ha ido enterando de tragedia en tragedia de lo ocurrido a varios de los protagonistas de aquella tarde tan emblemática.
Distintos jugadores de ambos equipos han tenido episodios sombríos, cuando no mortales desde entonces.
Algunos por malas decisiones o circunstancias fortuitas, otros enmarcados en la enfermedad y la sospecha, o en accidentes o adicciones.
All Blacks
Nueva Zelanda era el todo favorito aquella tarde de 1995 en Ellis Park. El equipo de Oceanía ya había sido campéon del mundo en 1987 en la primera Copa y tercero en 1991, en la segunda.
Y en 1995 uno de sus jugadores era la super estrella de aquel deporte. Su nombre Jonah Lomu. Poderoso y sorprendente se dice que él modernizó el rugby y dio paso una nueva era de ese deporte.
Pero también es la víctima más celebre de esta lista trágica. Tras 15 años de problemas renales falleció por los mismos en noviembre de 2015.
Pero él tan solo es la punta del iceberg. Marc Ellis, Norm Hewitt y Robin Brooke, todos fueron alcanzados por las adicciones. El primero por el éxtasis, los otros dos por el alcoholismo. Brooke incluso estuvo a punto de terminar en la cárcel por un asunto harto penoso cuando manoseo y acosó a una niña de 15 años en Fiji
Otro al que no le fue nada bien fue a Zinzan Brooke, hermano de Robin. En el 2007 sufrió un accidente increíble en Elche, España. Tropezó con la puerta de un taxi y cayó de cabeza rompiéndose el cráneo.
Se recuperó, tras una operación, pero ahí no terminaron sus desdichas. Puso un negocio de comida en Inglaterra, pero no funcionó y terminó en la bancarrota.
Los Springboks
Los campeones del mundo tampoco han escapado a la tragedia. Japie Mulder tuvo una condena de tres años en la cárcel por un intento de violación a una estudiante.
Ruben Kruger falleció de un tumor cerebral a los 39 años en el 2010 y recientemente Joost van der Westuizen, famoso tras aquella final por haber detenido a Lomuh y abrir paso al triunfo de Sudáfrica, murió el seis de febrero pasado víctima de una esclerosis lateral amiotófica a los 45 años.
Antes de eso, Joost también fue aquejado por el escándalo. Un video destapó que consumió drogas y tuvo relaciones con una chica cuando estaba casado con la cantante Amor Vittone. Le costó su matrimonio y su carrera de comentarista. Pese a todo hasta sus últimos días sostuvo que era un hombre feliz.
Tinus Linee padece en la actualidad la misma enfermedad que Westuizen y André Venter tiene otro extraño padecimiento degenerativo; mielitis transversa que afecta directamente la médula espinal.
Pero cuatro víctimas de enfermedades mortales y en extremo complejas de encontrar - la esclerosis le da a un promedio de seis personas de cada 100 mil y la mielitis a una entre un millón- en una muestra tan pequeña ha levantado sospechas.
Ya en el 2012 en un reportaje de France 2 realizado por Nicolas Geay destacaba el hecho como difícil de explicar y señaló tres posibles causas.
El dopaje, la primera; la utilización de pesticidas nocivos a la salud en los campos de juego y de entrenamiento, la segunda; los choques violentos a los que se someten los jugadores de rugby, la última.
NInguna de las tres está confirmada o descartada. Aunque el dopaje, los jugadores lo han negado sistemáticamente.
El capitán de aquel equipo, Francios Pienaar, ha reconocido que durante el Mundial tomaron B12, pero “no había nada ilegal...cuando se convirtió en algo prohibido, paramos”, ha dicho.
De cualquier manera, el infortunio cuando no la tragedia ha empañado a un grupo de jugadores que una vez se erigieron como poderosos y emblemáticos héroes.